
Un hotel que conserva el encanto de otro tiempo, elegante y sobrio, habitaciones decoradas con paredes forradas en telas de sedas, lamparas de arañas y cortinas suntuosas, sin embargo los baños son algo antiguos.
Magnífico desayuno buffet en una sala muy elegante y agradable.
Justo a pocos metros de la puerta se dispone de línea de Vaporetto para desplazarse por Venecia con un amplio horario. Además el hotel cuenta con servicio de barca privada para aquéllos que quieran más exclusividad.
Sin duda un hotel con encanto algo anticuado, pero que ahí radica el mismo.
Calificación: Bueno.
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