Un gran descubrimiento ha sido este restaurante ubicado en Puerto Calero (Lanzarote). Una decoración exquisita donde el color predominante es el blanco, una casa de tipo colonial con distintos salones y una terraza donde el protagonismo lo tiene la gastronomía. Gastronomía mediterranea modernizada con guiños de otras culturas, lo cual confecciona una carta muy suculenta y sugerente. Hay que repetir para probar todo.Servicio excelente y muy atento, que a la vez deja expacio para la intimidad.
En verano cenar en su terraza es un placer.
Dejarse aconsejar con la carta es una buena opción, y la selección de vinos locales es una buena oportunidad para probar los caldos de malvasía.
Sin duda volveremos en nuestra próxima visita.
Calificación: Excelente.
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