SICILIA

Sicilia es la isla eterna, la isla donde la naturaleza es una orgía para los sentidos. Volcanes activos que iluminan el cielo, mar azul intenso, sol dorado e historia son algunos de los atractivos que puedes encontrar en este rincón del meditarráneo a caballo entre oriente y occidente.
Recorrer la Isla y todos sus atractivos requiere muchos días, pero puedes llevarte una buena idea recorriendo algunos de los puntos más importantes. 
El equipo de VIAESTILO ha recorrido durante unos días la isla para ayudaros en vuestra planificación.
Proponemos empezar el viaje a través de Palermo (vuelo directo desde Barcelona), una ciudad que impone por sus circunstancias pero que sorprende y mucho. Los amantes de la arquitectura no deben dejar de verla, pasear por sus angostos callejones y descubrir una soberbia colección de edificios que componen su casco histórico, es toda una experiencia. Nuestro hotel elegido ha sido el Grand Hotel Wagner, ubicación perfecta para recorrer a pie lo más interesante.
 Grand Hotel Wagner
Al día siguiente os proponemos tomar un coche de alquiler y desplazaros a Cefalú, un maravilloso pueblo costero, con una soberbia catedral, y los atardeceres más bellos de la isla. Pasear por las calles de piedra antes de ir a cenar es imprescindible. Como hotel os proponemos el Artemis Hotel, que aunque no está en el centro está a 5 minutos a pie, pero justo a escasos metros de la playa donde puedes disfrutar de un maravilloso baño en unas aguas cristalinas viendo la foto más buscada de cefalú. A la hora de cenar tienes muchas opciones, terrazas con vistas, restaurantes más íntimos o enotecas donde tomar una copa de vino y alguna que otra tapa, pero nos decantamos por un pequeño restaurante familiar donde cocina la madre y sirve el hijo, La Brace. Al termino de la cena no podeis olvidar tomar un famoso Cannoli en la pastelería de la plaza de la catedral que está muy cerca del restaurante.
Al día siguiente tomamos rumbo hacia Agrigento, una ciudad que no tiene ningún encanto y que forma parte de los horrores de las edificaciones de los años 60 pero que es imprescindible para ver el valle de los templos. Si vais en verano, mejor visitar al atarceder debido al calor, así lo vereis de día y también de noche, donde todo toma otra magnitud. El hotel elegido en esta ocasión fue el Hotel Exclusive, un pequeño hotel que cuenta con algunas habitaciones con vistas al valle de los templos. El restaurante elegido fue un consejo del recepcionista y fue un descubrimiento, La Posata di Federico II, muy cerca del hotel.

La Posata di Federico II


El recorrido por la isla continua y va siendo hora de adentrarse un poco antes de llegar a Siracusa que era nuestra siguiente parada. Por el camino hicimos una parada en un pueblo llamado Enna, un pueblo situado en la montaña que ofrece unas vistas del entorno impresionantes y si subes a la torre de su castillo podrás tener la primera visión del Etna. Recorre su casco antiguo, toma un café y sigue ruta para Siracusa. En este punto comentaros que cuando tomeis la autopista os encontrareis enmedio de la nada un outlet que para los amantes de las compras seguro que justificará la parada.
Una vez en Siracusa lo mejor es ir directamente al hotel y aparcar el coche, tomaros como mínimo dos días y disfrutar de uno de los lugares más bonitos de Sicilia. Todo el casco histórico que el la Isla de Ortigia es peatonal a partir de las 17 h. y es lo mejor, pasear, recrearse en la arquitectura, las gentes, los cafés, todo un placer. Desde Siracusa hay una visita obligada y es al imponente pueblo de Noto. Si os pilla la hora de la comida pasaros por Trattoria del Carmine, comida casera a muy buen precio y luego tomar el famoso Cannoli en el Caffè Sicilia. El hotel que os proponemos en Siracusa es en esta ocasión un B&B, La Via della Giudecca, perfecto para la visita. A la hora de probar la extraordinaria gastronomía de Siracusa dos nombres importantes fuera del circuito turístico, L´Antica Locanda da Enrico, donde probar un couscous de pescado es imprescindible y la Taverna Sveva, retirada del bullicio y con todo el saber del mediterráneo.

 B&B La Via della Giudecca

En Siracusa antes de iros a cenar quizás sería interesante pasar por una enoteca con mucho sabor y una gran colección de vinos de la isla, que con un poco de embutido siciliano, son los entremeses perfectos, esta enoteca es Solaria. Para después de la cena os indicamos un lugar junto a la plaza de la Catedral escondido en un magnífico y soberbio patio que lo mejor es que lo descubrais, este sitio se llama Barcollo.
Debido al tiempo tienes que elegir y nosotros nos decantamos por Taormina, dejando Catania para una siguiente visita.
Taormina nos resultaba atractiva, su historia antigua y reciente con la llegada del turismo combinan haciendo un lugar cosmopolita que intenta no perder su identidad.
La calle principal donde han paseado las coronas europeas, así como personajes como Greta Garbo o Lyz Taylor con su amor Richard Burton, dan cuenta de un pasado donde el glamour era religión.
Taormina es una buena opción para descansar unos días y como base para hacer algunas excursiones importantes. Se organizan excursiones al Etna y a las Islas Eolicas (consultar SAT) de un día o varios, así como con coche se puede recorrer algunos pueblos costeros como Acireale y comer en L´Oste Scuro, impresionante la pasta fresca con langosta.

 L´Oste Scuro

El hotel a elegir en Taormina es muy importante, debido a su orografía puede ser un poco incómodo no estar cerca del centro. El hotel elegido Grand Hotel San Pietro, un hotel con atmósfera viscontiana y que supone un valor añadido a los amantes del buen gusto. 
Como en toda la isla la gastronomía es soberbia, pero cuidado que Taormina es un lugar muy muy turístico y hay que tener cuidado de no acabar en un malo y caro restaurante. Os dejamos varias opciones, Vicolo Stretto y La Giara que posee la mejor vista para cenar de Taormina.
Antes de la cena es obligado tomar una copa de vino o proseco en la terraza del hotel Metropole, donde los ojos se inundan de las vistas de la bahía.

Sicilia, un destino que debe ser conocido pero no invadido para así conservar todo el tesoro que reúne y poder seguir deleitándonos.

Viaestilo.



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