BALENCIAGA, MI JEFE
El abuelo, Juan Emilas Goenagas, que entró a trabajar con Balenciaga a la edad de 17 años y que fue sus manos y ojos en la casa de costura de Madrid, y el padre Juan Mari Emilas que trabajó en la casa hasta su cierre en 1968 como cortador. Abuelo y padre de Mariu Emilas, respectivamente, que han dejado un legado trascendenal que ha servido de base para el desarrollo de este extraordinario documento escrito que nos acerca y nos ayuda a entender el universo de Balenciaga.
Al navegar por sus páginas descubrimos no sólo la figura de Cristóbal Balenciaga, sino la historia de una relación de amistad que perduró en el tiempo y que se sabe indispensable dentro de la maquinaria perfecta que movía las manecillas del reloj de la mítica maison.
Mariu, usted pertenece a una familia estrechamente ligada a la costura desde hace varias generaciones, ¿ha marcado en algo su vida?
Esto es algo que nunca se habían preguntado y sobre lo que no había recapacitado hasta el momento de escribir este libro. Ahora puedo decir que indudablemente si ha marcado mi vida.
Las tres generaciones de modistos de mi familia no han definido mi vida profesional porque no me dedico a la costura aunque si hay rasgos que les caracterizó en su trabajo y en su vida cotidiana, que inevitablemente yo aprendí en casa, como por ejemplo, el perfeccionismo. Un rasgo que a veces es de gran ayuda y otras veces es muy poco saludable, porque mal aplicado, puede ser una fuente de insatisfacción constante. A mi me ha servido en gran medida para escribir este libro porque mi padre era sumamente perfeccionista y si algo tuve claro desde el principio es que debía ser fiel a su "sentir" y narrar lo que yo había visto y oído en casa con el mismo detalle y afecto que me lo había transmitido él.
El empeño de acercarme todo lo posible a su mundo interior también me llevó a una reflexión sobre mi responsabilidad como transmisora de lo que para él fue, como siempre digo "los acontecimientos más relevantes de su vida".
Escribir "Balenciaga, mi jefe" ha sido una experiencia inigualable en muchos aspectos y uno de ellos es la gran satisfacción de contribuir a la divulgación de la figura del modisto de Getaria y su entorno. Esta era el deseo de mi padre.
Tres años después de escribir este libro, cuando falleció mi madre, lo que hasta entonces habían sido en mi casa los recuerdos de toda una vida: toiles de Balenciaga, herramientas de trabajo, cartas del modisto a mi padre, figurines, fotografías, la vestimenta de mi madre... se convirtió en el legado que me ha dejado mi familia y que a día de hoy, es la Colección Familia Emilas. Todo ello me ha llevado a hacer una reflexión sobre este legado y el apasionante compromiso que conlleva.
En 2017 parte de los objetos que pertenecieron a mi padre fueron mostrados en la exposición "Balenciaga: Shaping Fashion" que realizó el Museo Victoria & Albert en Londres y han acompañado a la itinerancia de la muestra durante tres años. Me satisface mucho decir que estos y otros muchos que ahora se desconocen formarán parte de exposiciones que se irán realizando y que junto con tras colacciones contribuirán a difundir y compartir el conocimiento.
Como digo en el libro: "no creo que, en vida de mi padre, haya habido una sola semana en mi casa en la que no se haya hablado de Balenciaga".
Creo que quien ama su oficio y de él hace su vida, conocce la felicidad. Los modistos de mi familia sentián pasión por su trabajo y el poder llevarlo a cabo en el entorno de Balenciaga, a quien admiraban profundamente en el plano personal y profesional, y del que decían aprender de forma constante, les llevaba a sentirse unos grandes afortunados.
La impronta que dejó Balenciaga en mi familia fue muy poderosa y he podido constatar que en el entorno laboral de mi padre ha ocurrido de igual manera. No tengo duda de que fue un hombre excepcional en muchos aspectos porque todas las personas que he conocido y pertenecieron a su entorno, en un ámbito u otro, hablan de él con la misma veneración y el mismo entusiasmo.
¿Qué aporta su libro a la figura de Balenciaga?
Este libro describe a un Balenciaga más íntimo y menos conocido por el gran público, además de arrojar luz sobre su escenario que había sido poco divulgado en España: "la trastienda" de la Casa Balenciaga.
Se describe la atmósfera de los talleres y el funcionamiento de sus casas de costura desde la perspectiva de quienes trabajaron junto a él y materializaron sus sueños y los de su clientela.
Mi padre consideraba que lo que él, su progenitor y sus compañeros/as de trabajo habían vivido -siendo testigos y participes del "Universo Balenciaga"- constituía una experiencia única e irrepetible que debía ser narrada. Era muy consciente de que lo que no contansen ellos, tarde o temprano lo harían otros, y lo harían muy bien, pero no desde el testimonio de fuentes primigenias.
"Balenciaga, mi jefe" es un "hilván" mas en la extensa investigación sobre la figura del modisto y su obra, en la que están inmersas muchas personas, cada una, desde su área de conocimiento.
El que tuvo un papel fundamental en la casa fue mi abuelo porque, junto con Felisa Irigoyen -maestra de fantasía- , fue la mano derecha de Balenciaga en España.
Posteriormente, tras clausurar sus talleres, Balenciaga estableció una colaboración profesional con mi padre. Evidentemente para mi es un orgullo que se conozca la figura de ambos, pero no es el objetivo de este libro.
Mi necesidad era la de cumplir el deseo de mi padre que como artesano y trabajador de la casa, se sentía uno más en le engranaje de una maquinaria que consideraba perfecta y cuyo artífice era Balenciaga. La idea de este libro nació desde su profunda admiración hacia el Maestro -como él le llamaba- y desde la gran satisfacción de haber formado parte de este equipo donde cada persona tenía una función y todas ellas eran relevantes para obtener el objetivo perseguido: la prenda perfecta.
Chanel decía que era el couturier completo, que sabía hacer una prensa de principio a fin, pero según su opinión: ¿En qué medida el éxito de Balenciaga dependió también de las personas que lo acompañaron?
Balenciaga, independientemente de que fuese el "couturier completo" como bien decía Chanel, como todos los creadores en el ámbito de la alta costura, necesitaba rodearse de un equipo que fuera capaz de materializar sus creaciones para abarcar el gran número de clientela que acudía a sus casas: pero además él comprendió desde muy joven que era fundamental reclutar personas apasionadas por la profesión a las que enseñar su técnica personalmente y en las que también poder confiar y delegar en el plano humano. Y así fue, porque en este aspecto tuvo la gran suerte de contar con un equipo, casi desde sus inicios en San Sebastián, que le acompañó prácticamente durante toda su carrera profesional.
Posteriormente y a lo largo de los años se fueron incorporando muchas otras personas que estuvieron muy cercanas a él, pero algunas de las que lo hicieron en San Sebastián fueron enviadas a Madrid (1933) y Barcelona (1935) para la apertura de sus nuevas casas y fieles al modisto, las custodiaron durante la guerra para que no fueran saqueadas y posteriormente pudieran reabrirse. Además, permanecieron en ellas hasta su cierre en 1968. Del mismo modo, algunas de estas personas dirigieron sus talleres con suma diligencia y siguieron sus pasos siempre en busca de la perfección.
Esto que acabo de relatar me parece un hecho sumamente relevante en la trayectoria de Balenciaga porque a lo largo de sus 50 años de carrera profesional fueron muchos los obstáculos que surgieron (entre ellos, los conflictos bélicos) y el hecho de estar acompañado de profesionales de gran confianza a los que, además, desplazaba en muchas ocasiones de una casa de costura a otra en función de las necesidades del momento; fue un ingrediente fundamental para la gestión de su negocio y como tú dices, también para la conquista del éxito.
Juan Emilas ultimando una prueba para la presentación de la colección primavera-verano en París. 1952.
Carácter y disciplina son premisas en Balenciaga, ¿hacían estas premisas que la relación con su abuelo y más tarde con su padre fueran complicadas o hablaban el mismo lenguaje?
No me cabe ninguna duda de que hablaban el mismo lenguaje. Balenciaga no solo era un hombre con un carácter muy fuerte, muy disciplinado y perfeccionista, también era sumamente carismático y afable en el trato personal -esto es lo que siempre he oído en casa y en el entorno laboral de mi padre- y como digo en el libro, gran parte del personal de la casa sentía una admiración por él que en muchos casos llegaba a la veneración.
La relación que tuvo con mi abuelo y mi padre fue muy cercana y si bien es verdad que en los talleres se hacía silencio sepulcral cuando aparecía porque no soportaba el error y se enfadaba muchísimo cuando algo no estaba como él consideraba, razón por la que muchas personas han afirmado sentir temor ante su presencia; mi padre siempre hablaba de él como un hombre entrañable, paciente, apasionado por su oficio y a quien le gustaba enseñar. De hecho, siempre dijo que durante el tiempo que colaboró con él, aprendió muchísimos entresijos de la costura. Balenciaga era una fuente inagotable de conocimiento en continua evolución porque nunca dejó de investigar y por esta razón quienes amaban el oficio, se sentían uno grandes privilegiados a su lado.
Las herramientas de Juan Mari Emilas. Tijeras, ruleta, afilador de piedras, reglas, metro y dedal.
(Copyright Colección Familia Emilas)
¿Su casi dictadura impuesta en los talleres pudo ser clave del éxito?
Pienso que no, Balenciaga aparecía rara vez por los talleres y la atmósfera que se respiraba diariamente era la de cualquier atelier de costura donde las trabajadoras han relatado en muchas ocasiones que cantaban, hablaban animadamente y escuchaban la radio sin perder de vista la tarea que les ocupaba.
Los maestros y maestras, al igual que Balenciaga, eran muy disciplinados y rigurosos pero también manejaban los talleres con cordialidad.
Con el testimonio que usted ha recogido de su familia vemos que detrás de la figura del modisto había todo un planeta de personas perfectamente encajadas en su sitio que conformaron la edad de oro de una "maison" y de la costura en general, ¿cómo pudo desaparecer este legado? ¿qué llevó realmente a la casa a cerrar en el año 1968?
Hay varias teorías del por qué del cierre de la casa en el año 68 pero lo que siempre relató mi padre es que Balenciaga, con 72 años, decidió cerrar sus talleres porque consideró que la alta costura había llegado a su fin y él ya se sentía mayor para hacer lo que hubiese hecho si la aparición del prêt-à-porter, la gran revolución social y los nuevos hábitos de consumo se hubiesen dado veinte años antes: un prêt-à-porter de lujo, como el propio Balenciaga expresó en aquél momento. Por otro lado, el modisto de Getaria siempre dijo que el día que se retirase, la casa Balenciaga también llegaría a su fin. No estaba dispuesto a ver la casa de costura en otras manos, con otros criterios y actuaciones como ocurrió con Dior. Balenciaga era un hombre muy rotundo y consideraba que Balenciaga era él y su obra. Nadie ni nada más.
En cuanto al legado, como explico en el libro, no tuvo continuidad como firma pero parte del personal canalizó su saber hacer abriendo nuevas casas de costura: Felisa-José Luís, Villahierro, ..., incorporándose a firmas como Givenchy, Yves Saint Laurent, .... incluso dedicándose a la docencia y divulgación de la Técnica Balenciaga. El propio modisto apoyó muchas de estas iniciativas de las, como le digo a mi padre, se sentía orgulloso.
De la Técnica Balenciaga nacieron creadores como Givenchy o Úngaro, ¿su abuelo o su padre nunca estuvieron tentados de abrir su propia casa de costura?
No sintieron esta necesidad porque ambos establecían una diferencia muy clara entre creador y artesano y Balenciaga poseía las dos vertientes pero ellos, no. Tampoco sentían el deseo de realizar sus propias creaciones. Su pasión residía en "interpretar" las toiles de Balenciaga -diría que como un músico interpreta la obra de un compositor- y dar lugar a una prenda esplendorosa.
Mi padre abrió su propio taller cuando se cerró la casa y Tina Balenciaga -sobrina del modisto y directora de la casa de Madrid- le regaló un gran número de toiles -patrones- para su nueva andadura. De esta forma, él abrió su pequeña casa de costura pero siempre siguiendo la escuela Balenciaga.
Mucho se sabe de la obra del maestro y su aportación a la moda, pero sin ganas de dar detalles de su vida privada, ¿vivió como trabajó?
Balenciaga fue un hombre muy discreto y reservado, tanto en su vida como en su trabajo y curiosamente quienes le trataron, incluso después de su muerte, mantuvieron la misma discreción. Por esta razón se sabe tan poco de su vida privada. Quienes le han conocido en este ámbito siempre dijeron que era un hombre apasionado, muy generoso, terriblemente perfeccionista con su vestimenta -rara vez dejaba que alguien planchase sus camisas, lo hacía él mismo-, muy cuidadoso con los detalles, exquisito en la decoración de sus apartamentos, así como noble y fiel a sus allegados.
A mi modo de ver, esa personalidad apasionada le llevó tanto en su vida como en su tes
rabajo a disfrutar y sufrir intensamente.
Exposición Balenciaga y la pintura española, Museo Thyssen Madrid
(foto: @viaestilo)
La moda hoy día vive en constante terremoto, ¿qué le parece el uso que se está haciendo de la firma Balenciaga? ¿No le parece un sacrilegio?
Me parece "poco acertado" que siga existiendo la firma cuando Balenciaga expresó claramente en su día que la casa moriría con él; pero una vez puesta en marcha, el criterio que se está manejando no me parece un sacrilegio sino el resultado de una época, una nueva era en la que ya no son los grandes creadores quienes dictan la moda, sino la calle.
Actualmente, para mantener una firma de lujo del sector de la moda con precios astronómicos, como bien sabemos, es necesario recurrir a la perfumería porque es en gran medida lo que mantiene el negocio. La clientela que accede a la alta costura es muy escasa y las líneas deportivas y street, excesivamente caras.
Creo que efectivamente, la casa Balenciaga murió con él.
Por último, ¿cree necesario hacer una exposición sobre todo ese universo que había detrás de Balenciaga?
Sí, por supuesto. Creo muy necesario realizar exposiciones que muestren y difundan todos los aspectos que configuraron el "Universo Balenciaga". Para darlo a conocer en profundidad debemos contribuir con todo lo que sabemos acerca del modisto. Como mi padre decía: "para conocer a Balenciaga es necesario conocer su mundo" y su mundo era de una riqueza insólita. Detrás de estas grandes creaciones que fascinaron al planeta -y a día de hoy siguen haciéndolo- hay una necesidad de creación, de expresión, unas fuentes de inspiración, un arduo proceso de investigación en relación a los textiles, los volúmenes, la línea y la técnica Balenciaga que fue singular y revolucionaria. Casa prenda esconde tesoros de gran complejidad en sus "tripas" que curiosamente dan lugar a esa elegancia y "simplicidad".
Y tras esas prendas, un "ejército" de sastres y moditas que con suma precisión y amor por el detalle y la perfección, las materializaron en aquellos talleres de los que se ha mostrado muy poco.
También te diría que en relación a la divulgación cada vez somos más los investigadores, coleccionistas privados y profesionales de la alta costura que deseamos aunar fuerzas y mostrar a través de exposiciones, publicaciones, congresos, cursos, ... "el Universo Balenciaga" en toda su extensión.
BALENCIAGA, MI JEFE
Mariu Emilas
Editorial Círculo Rojo
Comentarios
Publicar un comentario